Por fin llegó la primavera a Hasselt! tras unos meses de lluvia y frío intensos y dolorosos, por fin, disfrutamos del sol...y no un sol cualquiera no, uno de esos que dura una semana y que te despierta cada mañana con un rayito en la mejilla.
Hasselt se ha vuelto loco! casi no recordaba lo que era ver las calles atestadas de jóvenes por todas partes, todos los bares han sacado sus sillas a la acera y las terrazas han devuelto la vida a la ciudad. El parque se ha convertido en el nuevo punto de reunión, en vez de la cocina, y cada día hay alguien que aparece un poco más moreno. Leer a la luz del sol no es lo mismo que a la del flexo de un dormitorio, por lo que no paramos de devorar libros al aire libre, de comprar fruta fresca y de organizar barbacoas.
Pero todo este sentimiento se torna amargo cuando nos damos cuenta de que la llegada del buen tiempo implica por supuesto nuestra partida. Cada vez se habla más de...y cuando nos vayamos? y todos nos estremecemos, nos miramos a las caras, a las mejillas rojas por más de una cerveza o las paletas ligeramente moradas por más de un vino y callamos, diciendo todo con el silencio.
Pero no nos desanimemos, ahora es el momento de aprovechar cada segundo que nos queda, no dejarnos nada en el tintero y hacer todo lo que habíamos planeado! si el buen tiempo acompaña, es muy posible que este fin de semana visitemos por fin la costa de Bélgica, ver la playa en el norte de Europa! También planeamos un viaje a Amsterdam para el día de la reina, otra Van alquilada y otro road trip, además de la visita a nuestro querido Jussi a Findlandia...Muchas cosas, poco tiempo!
Mucho ánimo!